Era un círculo extremo de sensaciones inacabables, rotundas y esquizofrénicas: El zumbido de la noche: las nubes dentro de los ojos: la corriente eléctrica al final del abismo.
Salió libre, logró llegar al final, ante el lobo de dientes de marfil quedó pálidamente firme y lo venció con palabras de naranja y mar.
La boca seca del grito marchitó, sólo quería terminar de bajar esa torre de donde salió explotada en fuegos artificiales.